
Muchos de ellos lo soportan en varias partes del cuerpo, según indica un estudio realizado en EE.UU. Los autores concluyen, además, que se hace indispensable mejorar la evaluación de estos pacientes y perfeccionar el tratamiento que reciben.
«El dolor es un acompañante natural de la lesión aguda en los tejidos y es de esperar después de un trauma agudo», explican los autores del estudio, realizado en más de 3.000 pacientes. Sin embargo, el equipo liderado por Frederick Rivara se ha visto sorprendido por el gran número de pacientes que se quejan de dolores bastante intensos un año después de sufrir el trauma. La conclusión es que queda mucho por hacer para identificar y tratar el dolor en estas personas.
Al año de la lesión, manifestaron tener dolor de intensidad moderada un 63% de los pacientes encuestados e, incluso, tras cinco o siete años, persistía dolor crónico en la mayoría de los pacientes que han sufrido rotura de pelvis o otra fractura importante en los huesos de las extremidades inferiores, según indican estudios anteriores. Las personas encuestadas habían sufrido accidentes de tráfico, laborales o caídas, con resultado de lesiones traumáticas en cabeza, extremidades, pecho, abdomen o columna (se excluyeron las roturas
de cadera).