
Regina Reyna
Como si se tratara de un cuento de terror, la cisticercosis se origina cuando parásitos llegan al hombre a través de carne de cerdo o fresas contaminadas que son ingeridas, terminan su crecimiento dentro del humano y se diseminan por todo el organismo, pudiendo afectar ojos y cerebro y, en algunos casos, provocar la muerte de su anfitrión.
Comúnmente conocida como "solitaria", la taenia solium es un gusano plano que se aloja en el intestino grueso de algunos hombres y llega a medir entre 2 y 7 metros de largo. Está formada por múltiples segmentos, y en su parte final se acumulan cientos de miles de huevecillos que se desalojan a través de las heces.
Lo anterior no representaría un problema si todos los criaderos de cerdos cumplieran con medidas sanitarias pertinentes, pero por no ser así los animales tienen la posibilidad de entrar en contacto con excreciones fecales humanas al aire libre. Si el porcino las come cuando están infestadas de huevecillos de taenia, las aloja en su organismo donde crecen hasta alcanzar el tamaño de una larva, momento en que recibe el nombre de cisticerco.
Por otra parte, en ciertas regiones de México las tierras de cultivo son regadas con aguas tratadas (no para consumo humano) que contienen excreciones de los porcinos de la misma zona. Es más frecuente en la región del Bajío, donde la fresa que es uno de los principales sustentos para los agricultores es altamente susceptible de infectarse con huevecillos de taenia y alojarlos hasta que es una fruta madura, lista para la venta y el consumo humano.
El peligro empieza cuando el hombre come carne del animal o fresas contaminadas, pues el microorganismo ingresa al cuerpo humano y ya dentro de él termina su desarrollo -al cabo de cuatro meses-, siendo capaz de producir dos enfermedades: teniasis, caracterizada por falta o exceso de apetito, náuseas, dolor abdominal o diarrea, y cisticercosis, padecimiento que puede tener consecuencias en verdad graves.
¿Quién es el que anda ahí?
Los cisticercos se trasladan por el organismo pudiendo generar quistes palpables debajo de la piel (subcutáneos) o en los ojos, que conducen a trastornos visuales. No obstante, suele buscar sitios ricos en glucosa como lo es el cerebro, donde el problema tiene dimensiones considerables, ya que son causa de convulsiones, alteraciones de conducta, hidrocefalia (acumulación de liquido cefalorraquídeo), meningitis (inflamación del cerebro y medula espinal) y otros. Pueden llegar a invadir la columna vertebral y derivar en trastornos de la marcha o dolor.
El diagnóstico de la cisticercosis se dificulta por la gran facilidad que tiene para simular otras enfermedades, como las de tipo vascular (vasos sanguíneos) o tumores. Por ello se requiere de electroencefalogramas o tomografía axial computarizada de cráneo, la cual mostrará lesiones cálcicas (por acumulación de calcio) y la formación de quistes. Igualmente útil es la resonancia magnética, cuya imagen permitirá definir con mayor certeza cantidad, localización y extensión de las lesiones. Para ambos casos la información deberá ser complementada con análisis de liquido cefalorraquídeo (el que protege al cerebro dentro del cráneo).
Para eliminar los cisticercos cerebrales u oculares se requiere tratamiento médico combinado con cirugía, en tanto que la muscular y/o subcutánea se trata con medicamentos específicos que brindan resultados satisfactorios
En México, los parásitos producidos por la taenia solium afectan a 7% de la población de los estados que comprenden el Bajío (Querétaro, Guanajuato y parte de Michoacán). Por ello, desde hace más de 10 años, investigadores de la Secretaría de Salud y la Universidad Nacional Autónoma de México trabajan en el desarrollo de una vacuna aplicable a cerdos que interrumpa el ciclo de vida del cisticerco. El fármaco ha mostrado resultados alentadores, por lo que el siguiente paso es producirlo industrialmente y ofrecerlo al mercado ganadero nacional a un precio razonable. Esperemos que así sea muy pronto.
Igualmente, se ha trabajado en una iniciativa para modificar el agua de riego en la región que se ha mencionado; además, se han incorporado innovaciones químicas que acaban con los parásitos invasores, aunque este proceso no se aplica todavía en la generalidad de la tierra destinada a la producción de fresas.
Como podrá usted ver, lo más recomendable es evitar la ingestión de carne de cerdo o hacerlo después de haberla cocido o fríto perfectamente, previo congelamiento, además de no comer salchichas crudas. En cuanto a las fresas, lo más recomendable es lavarlas perfectamente y desinfectarlas, así como preferir aquellas que contengan en su empaque leyendas sobre su origen y su proceso de cultivo y riego, lo cual nos dará la confianza de evitar una enfermedad que pudiera ser fatal.