Actualmente, se carece de una prueba específica de laboratorio o radiográfica para diagnosticar la fibromialgia
El diagnóstico de fibromialgia se hace valiéndose de los siguientes criterios oficiales desarrollados para este síndrome por el American College of Rheumatology (Colegio Americano de Reumatología; ACR) en 1990:
(1) Dolor crónico, generalizado (dolor por encima y por debajo de lacintura y en ambos lados del cuerpo), musculoesquelético durante más detres meses en cada uno de los cuatro cuadrantes del cuerpo ;
(2) Ausencia de otra enfermedad sistémica que pudiera ser la causa deldolor subyacente (tal como la artritis reumatoide, el lupus otrastornos de la glándula tiroides); y
(3) Múltiples puntossensibles al dolor (o puntos de extrema sensibilidad) en sitioscaracterísticos. Hay 18 puntos sensibles que los médicos buscan para hacer el diagnóstico de fibromialgia. Conforme a los requisitos del ACR, para que un paciente se pueda considerar afectado de fibromialgia, debe tener 11 de estos 18 puntos. Se deben aplicar aproximadamente cuatro kilogramos de presión a un punto sensible, y el paciente debe indicar que los sitios de los puntos sensibles son dolorosos.
Debido a que los análisis de laboratorio y de rayos X sonfrecuentemente normales en los pacientes con fibromialgia, esimprescindible que el médico haga un historial médico completo y lleve a cabo un examen físico para un diagnóstico correcto.
Ya quelos síntomas de la fibromialgia se asemejan a los de otrasenfermedades, es necesario descartar éstas antes de hacer una diagnóstico de fibromialgia. Otras enfermedades que se asemejan a la fibromialgia incluyen: lupus sistémico, polimialgia reumática, miositis, polimiositis, daño neurológico ocasionado por la diabetes, enfermedades de la tiroides, tendinitis, bursitis, síndrome de agotamiento crónico y otros.
Puesto que un diagnóstico de fibromialgia no excluye la posibilidad de que esté presente otra enfermedad, es necesario asegurar que ninguna otra patología se confunda con el síndrome de fibromialgia, para poder iniciar el tratamiento adecuado.
Tratamiento farmacológico / Medicamentos
Los medicamentos antiinflamatorios que se utilizan para tratar muchas afecciones reumáticas no son útiles para las personas con fibromialgia. Sin embargo, dosis moderadas de fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), o de analgésicos, pueden aliviar parte del dolor.
Una subcategoría de los AINEs, principalmente los selectivos en la inhibición de la COX-2, también puede proporcionar alivio del dolor, causando menos efectos secundarios sobre el estómago que los AINEs tradicionales. La mayoría de los médicos no suele recetar calmantes de tipo narcótico ni tranquilizantes, excepto en los casos más severos de fibromialgia.
Los medicamentos que facilitan el sueño profundo y relajan los músculos ayudan a descansar a muchas personas que sufren de fibromialgia. Los médicos también recetan medicamentos, conocidos comúnmente como antidepresivos, para tratar la fibromialgia. Estos fármacos funcionan elevando el nivel activo de serotonina, noradrenalina o ambos en el cerebro.
Los niveles bajos de serotonina no están vinculados únicamente con la depresión clínica, sino también con los trastornos del sueño asociados con la fibromialgia. En dosis más bajas que las recetadas para tratar la depresión profunda, los antidepresivos parecen aliviar el dolor en las personas con fibromialgia y de esta manera, aumentar las posibilidades de lograr una buena noche de descanso.
Hay tres clases principales de antidepresivos: tricíclicos , inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y duales (recaptan varios neurotransmisores). En ocasiones, también se receta un fármaco llamado ciclobenzaprina (Flexeril, Yurelax), clasificado como relajante muscular pero similar a los antidepresivos tricíclicos. En los últimos meses se están llevando a la práctica programas para verificar la utilidad del tratamiento con antidepresivos ISRN, o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina-noradrenalina.
Aunque muchas personas duermen mejor y se sienten más cómodas al tomar antidepresivos, la mejoría observada varía ampliamente de una persona a otra. Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios, tales como somnolencia diurna, estreñimiento, sequedad de la boca y aumento del apetito. Algunos ISRS o ISRN pueden dificultar el sueño.
Estos efectos secundarios raramente son severos, pero pueden resultar molestos. Algunos estudios han sugerido que al combinar los antidepresivos tricíclicos con ISRS, pueden aumentar los beneficios de cada fármaco, al tiempo que los efectos secundarios de ambos fármacos se anulan mutuamente. Recientemente se ha utilizado con éxito un antiepiléptico denominado pregabalina, (Lyrica) cuyo efecto secundario en el aumento de peso aún está por determinar.
La hierba de San Juan es un suplemento que puede funcionar como los medicamentos antidepresivos, pero con menos efectos secundarios. La hierba de San Juan, que procede de la flor de una hierba del mismo nombre, se suele recetar en Europa. Se sabe poco sobre los efectos a largo plazo producidos por diversas marcas de la hierba de San Juan.
No se debe utilizar jamás la hierba de San Juan si está tomando otro antidepresivo y se debe consultar siempre con un especialista, dado que presenta innumerables incompatibilidades con medicamentos y alimentos.
No se ha de olvidar que, el tratamiento de la fibromialgia se sustenta en un taburete de tres patas (ejercicio, psicoterapia y fármacos) y que si se rompe o desequilibra alguna de estas patas, el tratamiento se hace inefectivo. En la actualidad se considera que el tratamiento que debe llevarse a cabo es MULTIDISCIPLINAR, colaborando varias especialidades médicas. Existen grupos de investigación sobre esta enfermedad en España (Barcelona, Granada...).
Tratamientos no farmacológicos
Algunas de las opciones son masajes, ejercicios aeróbicos y ejercicios de estiramiento, acupuntura, masoterapia clínica, terapia ocupacional, terapia cognitiva y magterapia o soporte mag. Así también suplementos alimenticios que aporten nutrientes celulares y liberen radicales libres del organismo pueden ayudar en gran manera con los dolores y combatir la enfermedad.Un suplemento muy utilizado es el magnesio.
Ejercicio aeróbicos y de estiramiento
Dos formas de tratar la fibromialgia son estirar y ejercitar los músculos y aumentar la capacidad cardiovascular (aeróbica). Existen estudios[6] que muestran que ciertos programas de ejercicio aeróbico proporcionan una sensación de bienestar, una mayor resistencia y una disminución del dolor.
Los ejercicios aeróbicos de bajo o ningún impacto, como caminar, montar bicicleta, ejercicios aeróbicos acuáticos o natación, suelen ser las mejores maneras de empezar un programa de este tipo. El yoga y el taichi practicados dos veces por semana son de gran ayuda en el alivio del dolor y la rigidez.
Dr. Javier Calvo Catalá,
Jefe de Reumatología y Metabolismo Óseo del Consorcio Hospital General de Valencia