Las nuevas tecnologías de la resonancia magnética y la ecografía son mucho más sensibles para detectar el daño articular, la inflamación o la remisión de la artritis reumatoide, según se ha expuesto en el simposio ‘Artritis Reumatoide: diagnóstico precoz por imagen’ desarrollado en el marco del Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología que se está celebrando en Granada.
Así, el uso de estas tecnologías permitirá tratar la artritis reumatoide desde sus primeras etapas, sin esperar a que se produzca daño radiológico. Con ellas se superarán las limitaciones de la radiografía para detectar la presencia de inflamación activa, que precisa de demasiado tiempo para que se produzcan cambios visibles en la misma.
Según explica el doctor Federico Navarro, jefe del servicio de reumatología del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla,en la actualidad el médico especialista busca en la radiografía la desmineralización de la articulación afectada, el estrechamiento del espacio articular y las erosiones. “El problema es que este es un criterio relativamente insensible o demasiado tardío, porque cuando se produce la erosión, la enfermedad está demasiado avanzada”, asegura este experto.
Frente a las limitaciones radiográficas, la resonancia o la ecografíaconsiguen dar un diagnóstico precoz del daño, detectar su progresión ydefinir la remisión en el caso de que ésta exista. Esto permitirá evaluar en mucho menos tiempo cómo está respondiendo el paciente a los tratamientos, ya que si se toma como referencia el daño articular, se requieren años de seguimiento con el método radiográfico.
El doctor Joan Maymó, responsable de la unidad de artritis del Hospitaldel Mar en Barcelona, aclara que “estas pruebas están en pleno desarrollo y se necesita su estandarización, que en el caso de la resonancia ya existe”.
Conocer cómo está evolucionando la enfermedad, más allá de lo que lasmanos o el ojo del especialista puedan diagnosticar a simple vista,permitirá hacer una buena selección de los pacientes que pueden cambiar de tratamiento y en el caso de la artritis reumatoide, pasar de los fármacos convencionales a los biológicos. Estos medicamentos, logran “ralentizar la progresión de la enfermedad e incluso en algunos pacientes consiguen remitir la erosión”, explica Navarro.
“Esta enfermedad inflamatoria crónica se trata con un amplio abanico defármacos tradicionales, que incluyen desde el metotrexato y los agentesinflamatorios no esteroideos (AINES) entre otros, hasta los denominados biológicos, agentes de nueva generación utilizados desde hace algunos años”, según expone el doctor Alejandro Balsa, jefe de sección de reumatología del Hospital La Paz de Madrid.
Tratamiento “precoz y potente”
El doctor Navarro explica que en la actualidad el objetivo de losreumatólogos es tratar la artritis reumatoide de una manera “precoz y potente” desde el inicio, especialmente en aquellos pacientes que se sabe van a evolucionar mal en lugar de esperar que el daño esté instaurado. Según asegura este experto del Hospital Virgen de La Macarena, cerca del 70 por ciento de los enfermos tienen una respuesta “significativa” a los tratamientos biológicos. Además hay un porcentaje de pacientes que tienen una “progresión cero” de la enfermedad y otros una progresión negativa, esto es, una “aparente reparación” del daño.
“Aunque esto último no se da en la proporción que a nosotros nosgustaría –el cien por cien de los afectados-, vivimos sin duda unaépoca dorada en la inflamación. Lo que se está consiguiendo hoy en día, era impensable hace 15 años”, subraya Navarro. Este experto aclara que es importante la habilidad del médico para saber pronosticar qué pacientes van a evolucionar mal y necesitarán un tratamiento potente, como los biológicos, antes de que se haya instaurado el daño.
Uno de los marcadores que más ayudan a detectar un curso agresivo de laartritis reumatoide es la presencia del gen HLA-DRB1, cuyos portadorestendrán deterioro radiológico y una gran incapacidad física. Además de éste, hay otros indicadores que hablan de una evolución agresiva de la enfermedad, -detalla el doctor Maymó- “como el índice de actividad de la enfermedad, el factor reumatoide y la presencia de anticuerpos anticitrulinados”. Tanto Maymó como Navarro coinciden en que podría ser conveniente suministrar a estos pacientes un fármaco biológico desde el inicio, antes incluso de haber presentado fallos al tratamiento convencional.
En cualquier caso y para afinar bien los tratamientos, Navarro apuestapor el empleo de la resonancia y la ecografía de manera rutinaria en unfuturo, y no sólo en caso de duda como se utilizan hoy por hoy. Asimismo, subraya que este campo está en pleno desarrollo, y su pronóstico es que se usará la resonancia con mucha más frecuencia. “De hecho, ya hay aparatos sólo para las manos”, dice.
Las pruebas de imagen ganan terreno en la detección de la artritis reumatoide
Las nuevas pruebas ecografía con power doppler, la ecografía en 3D en tiempo real y la resonancia de alto campo se han unido a la radiografía estándar y la ecografía, para el diagnóstico precoz del daño articular. Sin embargo la exploración clínica, la analítica y la radiografía suelen ser suficientes para diagnosticar una artritis reumatoide
“Las técnicas de imagen son una herramienta determinante para evaluar la eficacia de los tratamientos que están recibiendo los enfermos de artritis reumatoide”. Así se ha puesto de manifiesto en el I Curso de Imagen en Artritis Reumatoide que se ha celebrado en Madrid con el patrocinio de Wyeth. Según el doctor Alejandro Balsa, jefe de la sección de Reumatología del hospital madrileño de La Paz: “desde un punto de vista radiológico, la progresión del daño articular es una prueba de que el tratamiento no está funcionando, y además se relaciona con la alteración de la capacidad funcional. Esta última puede predecir la aparición de comorbilidades e incluso, un fallecimiento. La progresión del daño articular tiene mal pronóstico a largo plazo”.
Por eso, este experto destaca la importancia del diagnóstico por imagen, especialmente en los pacientes en los que se sospecha que puede haber todavía un grado de actividad. Según explica el doctor Emilio Martín Mola, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital La Paz: “en la actualidad las pruebas que más se utilizan son la radiografía estándar, que se utiliza para evaluar el daño estructural, y la ecografía, muy útil para medir el nivel de inflamación”.
Durante el curso se ha expuesto cómo las nuevas pruebas -ecografía con power doppler, la ecografía en 3D en tiempo real y la resonancia de alto campo- son un buen complemento a la hora de valorar una posible progresión radiológica. Según aseguran ambos expertos, estas pruebas pueden ser determinantes para diagnosticar la presencia de sinovitis, sobre todo en los casos dudosos o iniciales, y poder así diagnosticar precozmente la enfermedad. “Desde hace años disponemos de determinaciones analíticas, específicas, pero no muy sensibles”, aseguran.
Fuente: Sociedad Española de Reumatología