Todo empezó hace unos seis años con unos fuertes dolores en las articulaciones, localizados principalmente en las muñecas y los hombros. En ese momento no le dí ninguna importancia. Pensé que se trataba de algo puntual y que con el tiempo desaparecería. Pero no fué así. Los dolores iban en aumento y, de forma bastante rápida, se fueron extendiendo por todas las articulaciones del cuerpo. Pero yo, tozuda...Seguía pensando que era quizás a algún "bajón" del organismo, al cansancio debido a los madrugones diarios para ir a trabajar junto con el atender la casa...El "estrés" que ahora le llaman, vamos...
Me empezé a automedicar. Me atiborraba al día con calmantes y consegía una ligera mejoría, que duraba un par de horas. Y luego de nuevo más calmantes...
Cuando llegué al extremo de que apenas me podía levantar de la cama, me asusté. Me resultaba terriblemente doloroso ponerme en pie. Las mil cosas que hacemos a diario me eran terriblemente dolorosas...Apenas podía peinarme, sostener el secador de pelo casi me hacía saltar las lágrimas...Conducía el coche para ir al trabajo con unos dolores terribles en las articulaciones de los tobillos cada vez que debía apretar un pedal...En fin, que no sé como no me maté!
Al final, decidí visitar al traumatólogo, quien inmediatamente me dijo que mi problema debía ser tratado por un reumatólogo. Recuerdo que, en mi primera visita, apenas pude estrecharle la mano ni abrir la puerta cuando terminó la visita...
Tras las analíticas y pruebas pertinentes el resultado fué claro. Me dijo que tenía AR, que era una enfermedad crónica y que, a partir de ese momento y "hasta que la muerte nos separara", debía convivir con ella. Me regañó por el hecho de no haber acudido antes a visitarle y, de inmediato, me dió un tratamiento "de choque" para aligerar en lo posible los dolores t frenar el avance de la enfermedad.
Recuerdo que, una vez abandoné la consulta, eché a llorar como una niña. Todavía no sé bien como pude conducir el coche y llegar hasta casa. Por mi cabeza pasaron imágenes terribles...Me veía sentada en una silla de ruedas, me veía con las manos y los pies totalmente deformados...
Me maldije mil veces por haber esperado tanto...
Fueron unas semanas terribles hasta que acepté lo que había y me puse "manos a la obra" para cumplir al pie de la letra las indicaciones del médico. Poco a poco los dolores fueron disminuyendo y, tras la buena respuesta al tratamiento, el reumatólogo empezó a disminuirme gradualmente la medicación, hasta llegar a las cantidades que estoy tomando ahora.
Tras la última analítica, me dijo el reumatólogo que incluso los niveles de AR habían bajado. Que teníamos a la enfermedad controlada, como "en letargo", y que así debía seguir.
Ni un solo día dejo de tomar mi medicación. No quiero ni pensar en volver a pasar por lo que pasé.
Actualmente llevo una vida totalmente normal (en lo que a AR se refiere, porque también tengo otro gran problema físico que hacen de mí "una perla"...
![Guiño ;-)](./images/smilies/icon_wink.gif)
Aún así, muy de cuando en cuando, algún que otro dolorcillo me visita, pero igual que viene, desaparece. Tengo algo deformados un par de dedos de las manos y un pie, con un "juanete" que me hace ver las estrellas según que calzado llevo y que estoy pensando en operarme....
Esto os lo consultaré otro día...supongo que debe ser en otro subforo.
Gracias por leerme y disculpad el "rollo"!
Un abrazo a tod@s!
Núria