En el tratamiento de la espondilitis anquilosante juegan un papel fundamental la gimnasia y la fisioterapia para conservar la movilidad de las articulaciones y evitar el deformamiento paulatino de la columna vertebral (cifosis), aún cuando el ejercicio pueda resultar algo doloroso para el paciente afectado.
Los medicamentos antiinflamatorios son utilizados para aliviar la inflamación y el dolor, con lo que el paciente puede llevar una vida normal y puede practicar ejercicios adecuados para mejorar laespondilitis.
Los más utilizados son la fenilbutazona, indometacina,diclofenac, piroxicam y naproxeno entre otros. Con la salazopirina se han obtenido resultados muy satisfactorios.
El reposo absoluto está totalmente desaconsejado, pero es importanterealizar un reposo de tipo relativo en el sentido de buen descanso nocturno y reducir la actividad física.
La práctica de gimnasia, principalmente en centros derehabilitación, resulta muy beneficiosa para prever la rigidez tanto de la columna como de las articulaciones periféricas.
El objetivo primordial del tratamiento es eliminar la inflamación de las articulaciones y prevenir el desarrollo de la rigidez de la columna, sobre todo en posiciones viciosas.
El tratamiento tradicional de la Espondilitis Anquilosante y enfermedades afines está basado en el empleo de antiinflamatorios no esteroideos y la ejercicio físico específico. Con esta combinación de tratamientos muchas espondiloartropatías se han controlado adecuadamente durante años. Sin embargo, cuando estas artritis afectan a articulaciones no vertebrales, muy especialmente en el caso de la artropatía psoriásica, es necesario recurrir a fármacos inmunomoduladores como el metotrexato o la sulfasalacina.
En los últimos 6-8 años la irrupción de los fármacos bloqueadores del TNF alfa como el ifliximab, etanercept o adalimumab, ha supuesto un avance cualitativo muy notable en el tratamiento de estas enfermedades ya que dichos fármacos mitigan muy eficazmente (a veces por completo) los síntomas de dolor y rigidez vertebral en una mayoría de los pacientes (ver más sobre los fármacos Anti TNF).
El empleo de éstos tratamientos ha disminuido también drásticamente la necesidad de prótesis articulares aunque el recambio protésico todavía sigue siendo una opción para aquéllos pacientes de larga evolución o con afectación severa de cadera o rodilla. Es frecuente que en la historia natural de la enfermedad puedan aparecer asociadas afectaciones de otros órganos que nada tienen que ver con los huesos o articulaciones, tal es el caso de los ojos que se afectan por uveítis con relativa frecuencia, los pulmones en donde puede aparecer una fibrosis pulmonar o el corazón en donde pueden inflamarse las válvulas cardíacas por lo que es esencial que estas enfermedades, por indolentes que parezcan,sean seguidas siempre por reumatólogos bien entrenados y familiarizados con este tipo de manifestaciones.
Fuente: Sociedad Española de Reumatología
La terapia farmacológica y la fisioterapia son los pilares fundamentales para su tratamiento, según ha indicado el Dr. Eduardo Collado, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. La primera es "esencial para conseguir la remisión de la enfermedad". Por su parte, la fisioterapia tiene un "tremenda eficacia" pero, sin embargo, muchas veces "el acceso a los servicios de rehabilitación es dificultoso, porque se trata de pacientes no urgentes ni graves, y si hay que priorizar en los servicios de rehabilitación, lo hacen antes en un trasplante pulmonar que un individuo con espondilitis".