El diagnóstico de las mujeres que sufren espondilitis anquilosante (EA) se realiza con diez años de retraso. Los factores que conducen a este diagnóstico inadecuado permanecen por descubrir aunque, según Eduardo Collantes, del Hospital Reina Sofía, de Córdoba, las razones pueden residir en los propios profesionales de la medicina, que descartan habitualmente esta patología en la mujer o en la propia enferma.
Las mujeres con espondilitis anquilosante reúnen unas características especiales. "Clásicamente se ha afirmado que es una forma de espondiloartropatía más benigna que en el hombre, aunque se carecía de datos clínicos que apoyaran este hecho.
Ahora mismo, no hay criterios que sustenten dicha impresión, ya que la enfermedad es prácticamente igual en el hombre y en la mujer", ha asegurado el doctor Eduardo Collantes, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Reina Sofía, de Córdoba.
El experto ha reconocido que en la mujer es menos agresiva y evolutiva que en el hombre; "sin embargo, presenta una expresión clínica diferente: mayor afectación de la columna cervical, de articulaciones periféricas y menor tendencia a la anquilosis raquídea".
Además, ha comentado que existe un retraso diagnóstico en la mujer muy superior al del hombre. "En la mujer, por razones socio-sanitarias o culturales, se dilataba mucho el diagnóstico de la enfermedad. De hecho -ha resaltado-, una de las características que se observa en los estudios epidemiológicos es que la media de retraso del diagnóstico de esta enfermedad en los varones es de tres años, mientras que en la mujer es de casi diez años.
No se debe a que la patología femenina presente otra sintomatología, sino por problemas fundamentalmente de búsqueda de asistencia por parte de la mujer".
Masculina. Collantes ha reconocido también que los médicos no piensan en una espondilitis ante una paciente, porque clásicamente se ha asimilado al hombre. "Ante una lumbalgia en una mujer se tarda más en pensar que pueda ser una espondilitis; no se hace hasta que no se mantienen las molestias durante un periodo muy prolongado de tiempo".Otro de losaspectos que preocupa a los reumatólogos son las formas clínicas menos frecuentes como las de comienzo tardío.
"Hemos visto que por encima de los 50 años la enfermedad raramente se manifiesta, y en los casos descritos los enfermos presentan unos rasgos clínicos y radiográficos diferentes a los de aquéllos que debutan en la tercera década de la vida y requieren un tratamiento individualizado.
Sabemos que, aunque la enfermedad es la misma que en los jóvenes, posee unas manifestaciones clínicas diferentes en cuanto a la severidad y la agresividad de la enfermedad, mucho más grave en los jóvenes".Lo que interesa alos especialistas es saber por qué se manifiesta una enfermedad a partir de los 50 años cuando probablemente se padezca desde los 25.
"Sospechamos que puede ser una forma silente de la espondiloartropatía que durante este periodo de tiempo haya permanecido latente y por cualquier circunstancia se manifiesta. Nos interesa profundizar en este tipo de enfermos que ya presentan las formas benignas de la enfermedad".
Diferencial. El especialista ha subrayado que no hay casi ninguna forma de detectar dicha forma silente. "La mayoría de estos pacientes son personas no diagnosticadas que tampoco presentan las manifestaciones propias de la enfermedad más aguda, como la uveítis o la artritis periférica". En este sentido, el experto ha destacado la relevancia del diagnóstico diferencial con otras patologías limítrofes que pueden remediarla.
Control Periódico. Elcontrol periódico y la vigilancia clínica de las espondilitis especialmente agresivas, que son aproximadamente el 10 por ciento del conjunto de los enfermos, se ha mostrado como un arma eficaz en la prevención de las deformidades raquídeas, ha explicado Eduardo Collantes, jefe de Servicio de Reumatología del Hospital Reina Sofía, de Córdoba, quien coordinó unas jornadas hispano-francesas sobre reumatología celebradas en el citado hospital andaluz..
En cuanto altratamiento de los pacientes mayores de 50 años de edad con una espondilitis definida, ha reconocido que probablemente sólo con el empleo de antiinflamatorios no esteroideos van a responder correctamente.El doctor ha matizado que "la mayoría de lospacientes se controlan adecuadamente con estos medicamentos.Sólamentehay un 5 o un 10 por ciento de pacientes que son refractarios al tratamiento; y éstos responden a los nuevos fármacos, aunque todavía no hay datos clínicos suficientes".
Por último, el experto haaventurado que los inhibidores de la COX-2 parecen producir una buena respuesta en los enfermos. "No hay que olvidarse de terapias biológicas, anti TNF, para las formas muy agresivas de la patología".
Fuente: colegiomedico.com