El embarazo en mujeres con espondilitis anquilosante no supone ningún problema
especial para la madre y el feto.
Sólo habrá que vigilar los medicamentos que
puedan ser dañinos para el feto y en los casos en los que haya una importante
afectación de las caderas puede ser preferible la elección de una cesárea en el
momento del parto.
Dado que la espondilitis anquilosante es una enfermedad que se agrupa en
determinadas familias al existir un manifiesto componente genético hereditario,
se puede plantear la posibilidad de consejo genético.
Como hemos comentado previamente la presencia de la señal llamada “antígeno
HLA-B27” no significa padecer la enfermedad, pues sólo una minoría de las
personas que la presentan la desarrollarán. Por lo tanto no se aconseja realizar
a los hijos de las personas que presentan una espondilitis anquilosante el
análisis de dicho antígeno, debido al baja incidencia de la enfermedad.

Embarazo y Espondilitis Anquilosante:
¿Influye el embarazo en el curso de la Espondilitis Anquilosante? ¿Y al
contrario? Es lo que se preguntan muchas mujeres y que los investigadores han
tratado de resolver, colocando una marca en los tratamientos y su uso durante el
embarazo.
Este es un tema muy recurrente entre las mujeres que padecen espondilitis
anquilosante. Lo más frecuente es que una mujer con la enfermedad tenga un
embarazo normal, a menos que la enfermedad esté bastante evolucionada, pues en
este caso pueden aparecer problemas a medida que crece el feto y relacionándose
con el empuje que éste realiza sobre la columna vertebral.
Por ello es conveniente que la paciente esté en contacto con su médico para
que éste pueda proporcionarle soluciones que mejoren esta situación.
Se trata de un tema controvertido pues muchas mujeres con espondilitis
tienen miedo a no poder cuidar de sus hijos y por ello no desean quedar
embarazadas.

Otro aspecto no menos importante y que no debe olvidar es el de la
medicación. Existen medicamentos que pueden afectar al desarrollo del embrión y
del feto; por tanto este es otro tema que no debe olvidar consultar con su
médico.
Durante este período de tiempo en que probablemente tenga que abandonar
su tratamiento con anti-inflamatorios no esteroideos (AINE) se recomienda en
ocasiones la hidroterapia en piscina caliente, tablas de ejercicios que
compensen la no ingestión de antiinflamatorios o fármacos esteroideos, pues no
afectan de forma perjudicial al feto; todo ello bajo supervisión médica.

En personas con artritis psoriásica y artritis reumatoide los síntomas de la enfermedad mejoran en el embarazo (8 a 10 mujeres tienen menos artritis en el embarazo).
Pero eso no ocurre en la mayoría de las personas con espondilitis anquilosante. La gente que realmente muestra la mejora de los síntomas en la espondilitis anquilosante, con mayor probabilidad también tienen psoriasis o enfermedad inflamatoria intestinal.
El estudio: fue enviado un cuestionario a distintas asociaciones de espondilitis anquilosante de 13 países, realizándolo en total 939 mujeres. La edad media de aparición de los síntomas de espondilitis anquilosante (EA) es de 23 años, y 2 de cada 10 mujeres encuestadas manifiestan que los primeros síntomas de la enfermedad aparecieron tras quedar embarazadas.
Los resultados: Durante el embarazo la enfermedad:
* Se mantuvo igual en 3 de cada 10 mujeres.
* Empeoró en 3 de cada 10 mujeres
* Mejoró en 4 de cada 10 mujeres.
Además 4 de cada 10 mujeres notificaron que tenían espondilitis anquilosante activa cuando quedaron embarazadas y 2,5 de cada 10 estaban tomando AINEs en el momento de la concepción.
La mitad de las mujeres realizaron ejercicio o fisioterapia durante el embarazo.
6 de cada 10 mujeres experimentaron señales de la enfermedad 6 meses antes de tener hijos, lo cual ocurre más frecuentemente en las mujeres que presentan enfermedad activa en el momento de la concepción.
Asimismo se apreció que la incidencia de complicaciones de la espondilitis como artritis de manos, pies, rodillas, articulaciones periféricas en general, y uveítis, era mucho menor durante el embarazo, y peor en los 6 meses posteriores al parto.
En cuanto al tipo de parto en mujeres con espondilitis anquilosante, los resultados fueron:
* 9 de cada 10 partos concluyeron normalmente.
* 7 de cada 10 partos transcurrieron de forma natural (parto normal)
* 3 de cada 10 partos necesitaron cesárea. Se ha visto que la cesárea es realizada en el 12% del total de embarazos en Europa (de la población general, con o sin espondilitis u otras enfermedads), que se corresponde con 1 de cada 10 embarazos, y entre el 14% y el 24% en USA (1-2 de cada 10 embarazos).

Referencia: De-Kun Li, Liyan Liu, Roaxana Odouli. Exposure to non-steroidal anti-inflammatory drugs during pregnancy and risk of miscarriage: population based cohort study. British Medical Journal 2003; 327 16 August page 368-371

ANTI-TNF Y EMBARAZO
No se han demostrado efectos teratógenos ni aumento de tasa de abortos.
Pero, ante la falta de experiencia prolongada:
- Suspender anti-TNF 6 meses antes de la gestación.
- Asegurar ausencia de embarazo antes de comenzar el tratamiento (test de embarazo).
- Evitar embarazo.
- Evitar lactancia.
Si se produce embarazo durante el tratamiento, suspender anti-TNF, aunque se han producido embarazos ocasionales sin incidencias, incluso manteniendo terapia anti-TNF.

ANTI-TNF Y EMBARAZO
Si es el hombre el que recibe anti-TNF:
- No parece existir evidencia de que disminuya la calidad ni la cantidad del semen.
- No parecen existir efectos teratógenos.
- No obstante se recomienda igualmente suspender anti-TNF 6 meses antes de la gestación.
- Casos aislados contra recomendaciones sin incidencias.