Actualmente, no existe cura médica para la colitis ulcerosa, pero un tratamiento médico efectivo puede suprimir el proceso inflamatorio.
Esto permite al colon sanar y aliviar los síntomas de diarrea, sangrado rectal y dolor abdominal. Como tal, el tratamiento de la colitis ulcerosa involucra medicamentos que disminuyen la inflamación anormal en la pared del colon y de ese modo controlan los síntomas.
Tres principales clases de medicamentos son usados hoy para tratar la colitis ulcerosa. Ellos son:
1. Aminosalicilatos: Estos medicamentos incluyen compuestos del tipo aspirina que contienen ácido 5-aminosalicílico (5-ASA). Algunos ejemplos son mesalamina (Asacol(r), Canasa(r), Colazal(r), Pentasa(r) o Rowasa(r)), olsalazina (Dipentum(r)) y alfasalazina (Azulfidine(r)). Ellos pueden administrarse ya sea por vía oral o rectal y alterar la habilidad del cuerpo para iniciar y mantener la inflamación. Sin inflamación, los síntomas tales como la diarrea, sangrado rectal y dolor abdominal pueden disminuir considerablemente. Estos medicamentos son efectivos en el tratamiento de episodios severos a moderados de colitis ulcerosa y son también útiles en prevenir recaídas de colitis ulcerosa.
2. Corticosteroides: Estos medicamentos incluyen prednisona y metilprednisolona. También se pueden administrar por vía oral, rectal o intravenosa. Estos medicamentos son usados en pacientes con enfermedad moderada a severa. Los corticosteroides también afectan la habilidad del cuerpo para iniciar y mantener la inflamación. Si bien los esteroides pueden ser muy eficaces en el control a corto plazo de episodios agudos de colitis (es decir, recrudecimiento de la enfermedad), no se los recomienda para uso a largo plazo debido a sus efectos secundarios.
3. Medicinas inmunomoduladoras: Estos medicamentos incluyen la azatioprina, (Imuran(r)) 6-mercaptopurina (6-MP) y recientemente, ciclosporina. Este grupo de medicamentos alteran la interacción de las células inmunológicas con el proceso inflamatorio. Estos medicamentos son administrados generalmente por vía oral y son usados en pacientes selectos cuando la acción de los aminosalicilatos y corticosteroides han sido poco efectiva o parcial. La azatioprina y el 6-MP han sido útiles en reducir o eliminar la dependencia de algunos pacientes en los corticosteroides . También pueden resultar útiles para mantener la remisión en pacientes refractarios selectos con colitis ulcerosa (o sea, pacientes que no responden a la medicación normativa). Sin embargo, estos medicamentos pueden tomar hasta tres meses para que empiecen a mostrar sus efectos benéficos.
El tratamiento se basa antiinflamatorios e inmunoreguladores.
El ácido 5 aminosalicílico (5-ASA) es un compuesto antiinflamatorio similar a la aspirina que constituye uno de los principales tratamientos de esta patología. Se encuentra en fármacos como la sulfazalacina, mesalamina y mesalacina, como uno de sus componentes. La molécula debe de manipularse farmacológicamente porque si se administra pura, sería absorbida por el intestino delgado y no llegaría a colon donde ejerce su efecto.
Es un efecto tópico, por contacto con la mucosa afectada. En el colon las bacterias de la flora bacteriana descomponen la molécula de sulfazalacina en una sulfa y el 5-ASA, o la molécula de mesalamina en dos moléculas de 5-ASA y entonces ejerce su efecto antiinflamatorio sobre la mucosa. Suelen administrarse en forma crónica a los pacientes.
Los corticoesteroides son antiinflamatorios más poderosos y por ende con mayores efectos secundarios. Se pueden administrar por vía oral, intravenosa o en enemas. Se utilizan cuando el empleo de la 5-ASA no es suficiente para que el paciente entre en remisión (se inactive la enfermedad). Lo ideal es utilizarlos a la menor dosis posible por el menor tiempo posible, sin embargo algunos pacientes los necesitan en dosis altas durante las crisis severas y otros a dosis bajas de forma crónica para poderse mantener con baja actividad inflamatoria.
Otros inmunoreguladores como la azatioprina se pueden utilizar en los casos más severos para controlar una crisis, o para dar mantenimiento de la terapéutica. La utilización de estos medicamentos podría facilitar el bajar la dosis de corticoesteroides.
Dr. Javier Calvo Catalá,
Jefe de Reumatología y Metabolismo Óseo del Consorcio Hospital General de Valencia