Diagnóstico y Tratamientos
El diagnóstico es clínico, ya que no hay una prueba específica con la que se concluya que existe esta patología, y se tienen que sumar una serie de síntomas: úlceras orales recurrentes y dos de los siguientes síntomas: úlceras genitales, lesiones oculares, lesiones cutáneas y test de la patergia positivo. Hay que descartar siempre otras enfermedades sistémicas.
El Behçcet evoluciona de forma intermitente (épocas en la que el paciente está casi asintomático y fases en las que se va a exacerbar el cuadro y la patología se hace más florida) y con el tiempo tiende a remitir. El tratamiento se debe realizar en función de los síntomas, es decir, cuando aparece el síntoma, se trata.
Los fármacos están dirigidos a quitar inflamación y a actuar sobre el sistema inmune. El tratamiento habrá de ser por tanto un tratamiento individualizado en función de los síntomas que aparezcan. Hay que tener en cuenta que la enfermedad puede estar frenada, pero no curada.
El tratamiento de base son los corticoides y los inmunosupresores. Luego hay una serie de tratamientos locales para las úlceras orales, genitales y la afectación ocular.
Es importante resaltar que en el Behçet, el tratamiento biológico se utiliza en casos concretos y graves cuando fracasan otros tratamientos, y según los síntomas, ya que no todos los síntomas se tratan con biológicos. Además, no se utilizará la terapia biológica cuando haya trombosis.
El pronóstico es variable, y hasta en un 20% de casos puede haber complicaciones, como trombosis, perforaciones intestinales, infartos, aneurismas, y como afectación ocular, podría producirse ceguera.
Dra. Amalia Rueda Cid,
Reumatólogo
Dr. Javier Calvo Catalá,
Jefe de Reumatología y Metabolismo Óseo del Consorcio Hospital General de Valencia.
Edición, Javier García G.